"SEXO, PUDOR" Y DECEPCIONES

"Los instintos son para los animales; los hombres se controlan y disciplinan"  (Carlos Fuentes) 

Comisión de Trabajo AN

Decepción es la única palabra que ocupa mi pensamiento cuando veo como los diputados de la Comisión de Trabajo, Salud y Desarrollo Social de la Asamblea Nacional para no tener conflictos y posiblemente no perder votos, en el 2019, decidieron "tasajear" y dejar el proyecto de Ley 61, sobre políticas públicas de educación integral, atención y promoción de salud, maquillada para que fuera aprobada y no generara ruidos en el camino.

En lo profundo, soy un convencido que esta ley no era un remedio mágico; ni con ella se van a acabar los embarazos de menores; los abusos de adultos con niñas cuyos cuerpos no han terminado de formarse y ni tampoco con jovencitos con VIH (que no son los menos) y que se aventuran en los caminos del sexo con apenas sombras de la barba de la pubertad.

Sin rubor alguno en sus rostros, marcados por la experiencia más que por la sabiduría, metieron cuchillo al proyecto original, redactado en el 2014, cambiando en el 2015, para dejar, en la sala del pleno un fenómeno; obviando temas profundos, los que individualmente son necesarios tocar en nuestra sociedad. Resultado final: un Frankestein, no como el de Mary Shelley, sino a la panameña con más cortadas y menos capacidad de raciocinio.

Menores embarazadas no terminan su ciclo de escolaridad

Nuestro país real tiene cifras que espantan más que el monstruo mencionado; las cifras de niñas embarazadas, con edades que rayan los 12 años, debe ser abordado como un problema de Salud Pública, sin embargo, eso no lo ven nuestros diputados; porque ni son sus nietas; ni hijas ni familiar alguno cercano. Son las menores de sus circuitos las que paren a temprana edad y repiten los ciclos de violencia y pobreza.

Recuerdo, el año pasado se dio una medición de fuerzas, en la calle, entre quienes rechazaban el proyecto por promover el "libertinaje sexual" (ideología de género, entre otros temas que parecían espantapájaros) y quienes lo apoyaban a tambor batiente. Todo extremo, es eso irracional; tan irracional como aquel personaje que vino a decir que el papiloma se transmitía por el sudor. La mentira tiene patas cortas.

De nada valió que Teresa Argüelles, docente de historia de la Escuela Profesional Isabel Herrera de Obaldía, dejara la pena de vacaciones, y generará la solidaridad por darle datos a varones y jovencitas que el abstenerse es la mejor opción, porque traer a un niño no es un juego. 

Al final, ella fue ignorada; tan ignorada como el resto de l@s panameñ@s solidarios con el remezón que diera la docente. Su celebridad la dejó un poco mareada, entre luces y micrófonos; sólo ruego que siga el otro año con la misma letanía a fin de espantar a más de una de dar la "prueba de amor" y ver que nueve meses después descubre que la prueba come y chilla a media madrugada.

Lo actuado por la comisión de trabajo, lo hecho por el pleno, en complicidad con padres de familia que olvidaron sus amores traviesos; dirigentes, como aquella (cual nombre no vale ni la pena mencionar) y se refugia detrás de una decoración religiosa para mentir; todo ello me recuerda una novela de Carlos Fuentes, que leí hace muchos años, titulada Las Buenas Conciencias (se la recomiendo) para comprender como se vive con una mentira y se despierta con espantos cada día para auto complacer el ego.

Cuando los diputados decidieron retornar al medievo y modificaron 10 artículos y eliminaron 11 del proyecto, ya modificado, le dieron la espalda a temas como el derecho a la esterilización; el derecho de decidir de las personas con discapacidad mental, fecundación y reproducción asistida; disponibilidad sobre métodos de planificación familiar; el derecho de las personas abusadas y otros temas más.

En fin: 

"¡Que cargara el diablo con los humildes, con los pecadores, con los abandonados, con los rebeldes, con los miserables, con todos los que quedaban al margen del orden aceptado!" ( Carlos Fuentes / Las Buenas Conciencias)

Todos estos temas quedaron pendientes; el problema es que mientras no se aborden la cadena de pobreza se expandirá y las buenas conciencias imperará en los hogares donde se remedia un embarazo con un aborto asistido o con la "pastillita" del día después para evitar la llegada de un niño antes que la progenitora celebre la boda del año.