martes, 19 de mayo de 2020

INICIO A LA NUEVA NORMALIDAD POST COVID-19

Toda la semana anterior y la que transcurre he reflexionado sobre ¿qué significa el inicio a la nueva normalidad en materia económica?; cuando lo hago analizo el inicio es algo nuevo; si retorno a mi anterior fuente de producción nada será igual; el otro elemento es si la empresa no aguantó tanto tiempo ¿a dónde retornamos?.
Soy un hombre que le gusta escuchar; en mi profesión esto es una norma para repreguntar; en este caso lo hago para recoger las mejores ideas y así tener un concepto de cómo asimilar la nueva normalidad a la que nos exponemos.
Antes de la aparición del COVID-19 nuestro crecimiento era lento, pese a los dínamos ejecutados por el gobierno nacional; con dos meses de paralización nuestros ingresos están "jodidos"; con empresas, pymes e industrias, con o sin chimeneas detenidas ,(servicios en general), el panorama no pinta muy bien.
Empresario Severo Sousa
Con una desocupación heredada de la administración anterior, cerca del 5%, de acuerdo a expertos y empresarios como Severo Sousa este dígito puede multiplicarse y quedar hasta en un 20%: Un número nunca antes visto en nuestra historia y que si sabemos hacerlo bien podemos frenarlo.
Parto que somos un país privilegiado, tenemos dos océanos; un clima favorable donde solo hay dos estaciones y la lluviosa dura casi 9 meses; por nuestra formación de istmo no somos blanco de huracanes; a esto le agrego una nación joven y una posición que nos pone, desde la historia más antigua, en el mejor sitio para ser la envidia del resto de las naciones.
Como le escuché a un empresario “tenemos todo y todos nos miran”, porque estamos como el corredor con el mejor vestido, las mejores zapatillas y hasta con las apuestas a favor (cosa que muchos no ven); entonces ¿qué nos falta?: Nos falta que nos la creamos y dejemos de tirarnos pullas y dejemos de actuar como los cangrejos latinoamericanos que antes de ayudarse para escapar se empujan hacia más abajo.
El complejo nos mata, la desigualdad social y educativa (patrocinada por un grupo) nos ha vuelto discriminadores y no reconocemos que hay pobres con capacidades y empresarios honestos.
Contamos con una posición estratégica para decirle al mundo: Dígame ¿qué no tenemos para ofrecerle?, en cambio, sucede todo lo contrario. El Canal de Panamá Ampliado se ha quedado en la vía solamente.
Tanto hablamos del hub logístico, esto último tan abstracto como la carrera misma; antes de restar oportunidades debemos sumarlas; nuestros puertos deben ser más y abandonar los intereses del Grupo A o B; ¿hay o necesidad de tener personal preparado para reparar naves y brindarles todo tipo de servicio que necesite?; ¿podemos instalar o no grandes bodegas desde Panamá para el resto del Continente? ¿tenemos capacidad o no de brindar servicios logísticos o de mantenimiento a todo lo que se mueva por nuestros mares?.
Esa pregunta no la hago para mi yo interno; de seguro usted puede tener las respuestas si vemos más allá de los árboles.
Una sugerencia es que dejemos de buscar lo obvio; he escuchado mucho sobre los E-Commerce (no digo que no es algo que debemos aplicar), pero es más de lo mismo que muchos hacen y tienen desde hace tiempo.
Entonces, debemos buscar las fórmulas que se acoplen a nuestra situación y ventajas de mercado; un empresario local, Guilermo Saint-Malo, lo escuché, en Radio Panamá, decir que ahora con la pandemia el mundo descubrió que no se pueden poner todos los huevos tecnológicos y logísticas en China; eso lo pone a sugerir Panamá. Un concepto brillante.
Hay ideas como crear una aduana latinoamericana para movilizar mercancía con costos mas competitivos; convertirnos, con esta crisis, en un sitio para calar cruceros y yates, lo que va a generar una cadena de beneficiados tanto en comida, bebidas, atención de salud y un sinnúmero de cosas.
¿Dónde está la llave para esto? poner gente responsable con la agenda en la mesa y con la capacidad de abrirse a las propuestas sin mirar el que hay para mí.  No soy ingenuo, pero si nos hundimos lo haremos todos.  Les dejo un pensamiento que lo digo constantemente: No veas la pelota donde está la jugada, sino dónde va a estar próximamente y a tal punto que puedas golear.

viernes, 8 de mayo de 2020

CUANDO EL CORONAVIRUS ATACA NUESTRA MENTE ¿CÓMO ACTUAMOS?

Hemos hablado, en otras entregas, del impacto del Coronavirus en nuestro sistemas sanitario; en nuestra economía, la que es una consecuencia de la cuarentena; ahora deseo hablarles de un tema que a todos nos debe preocupar y es nuestra salud mental.
He hablado con especialistas dedicados a la Salud Mental; una psiquiatra, una coach de yoga y una experta en autismo, porque la población con algún tipo de discapacidad ha sido impactada con este aislamiento social que vivimos.
Antes de la aparición de este patógeno, en el mundo, se establecía que la depresión, ansiedad, el estrés y otros procesos complejos de nuestro desarrollo mental generaban en el mundo una de las mayores razones de la no asistencia a los trabajos.
Cerca de 27 millones de personas son afectadas con algunas de estas condiciones médicas, en cuanto a su salud mental, y si hablamos de cifras se calcula que éstas generan millones de dólares en pérdidas y lo más triste, cada año, un millón de personas se suicidan en el mundo.
Sumado a esto aparece el Covid-19, un virus, que altera nuestro estado anímico; el mismo genera el miedo a lo incierto, a la muerte; los seres humanos, en general, somos bio-sociales y estar cuarentena nos genera todo tipo de emociones encontradas y la soledad deprime a quienes no están acostumbrado a ello.
El COVID-19 nos ha quitado la libertad de movilidad y eso para la mayoría de las personas asfixia, los inquieta, pero, algo que no podemos hacer es “agarrar el sartén por el mango cuando está caliente”, advertía la Doctora Juana Herrera, Psiquiatra y Directora del Instituto de Salud Mental de Panamá.
¿Qué nos aterra y cuáles son las alternativas
para mejorar nuestro estado de ánimo?
 A todos nos da miedo contagiarnos; como buenos occidentales no aprendemos a asimilar la muerte y sobre todo no una muerte cualquiera; tantos testimonios hemos escuchado que nos infringe mayor temor.
En lo personal, leí del Coronavirus desde Diciembre del 2019 y, como Periodista, trato de leer todo material científico, pero, en el camino paré, porque como dice el dicho: “hasta que el niño es llorón y lo pellizcan”. Sufro insomnio, desde mi niñez, y descubrí un día que mi angustia aparecía como a las 3:00 a.m.; no sólo pensaba en los míos, sino en mí mismo y el sueño se me bloqueaba.
A partir de entonces intento mantenerme informado, pero no saturado; esa es una línea de acción que si usted se encuentra igual debe tomar.
Lo otro, atienda las redes sociales con responsabilidad y no se deje manipular ni llevar por la gente que reproduce materiales alarmantes sobre curas brujas; ni que me lo contó el hermano de mi tío y se lo dijo a un compañero de trabajo.
Haga ejercicio cada día de ser posible; relájese; escuche música o vea programas que le agraden; lea, leer no da coronavirus, por el contrario, nos alimenta el cerebro y el alma.
Conversé con su familia, no los olvide, trate de aprovechar positivamente el tiempo y genere esos vínculos perdidos o a los que le dedicaba “calidad de tiempo” (eso no existe). 
Los adultos mayores ni las personas con discapacidad no son, como dice el Papa Franscisco,  sociedad del descarte.
Haga higiene del sueño; es importante descansar para evitar ser presa de los pensamientos negativos; haga ejercicios de respiración y armonice su mente.
La salud mental no sólo es el tema de cómo funciona nuestro cerebro, que como sabemos cuando estamos tristes generamos más azúcar y menos serotonina; es un tema integral, es decir, espiritual. Por ello, debemos entablar un diálogo interno con esa fuerza que consideramos superior a nosotros y colocar las piezas internas en orden para enfrentar esta prueba.

La inversión que nos genera investigar

" La verdad se robustece con la investigación y la dilación; la falsedad, con el apresuramiento y la incertidumbre.” Tácito  C reo en l...