viernes, 8 de mayo de 2020

CUANDO EL CORONAVIRUS ATACA NUESTRA MENTE ¿CÓMO ACTUAMOS?

Hemos hablado, en otras entregas, del impacto del Coronavirus en nuestro sistemas sanitario; en nuestra economía, la que es una consecuencia de la cuarentena; ahora deseo hablarles de un tema que a todos nos debe preocupar y es nuestra salud mental.
He hablado con especialistas dedicados a la Salud Mental; una psiquiatra, una coach de yoga y una experta en autismo, porque la población con algún tipo de discapacidad ha sido impactada con este aislamiento social que vivimos.
Antes de la aparición de este patógeno, en el mundo, se establecía que la depresión, ansiedad, el estrés y otros procesos complejos de nuestro desarrollo mental generaban en el mundo una de las mayores razones de la no asistencia a los trabajos.
Cerca de 27 millones de personas son afectadas con algunas de estas condiciones médicas, en cuanto a su salud mental, y si hablamos de cifras se calcula que éstas generan millones de dólares en pérdidas y lo más triste, cada año, un millón de personas se suicidan en el mundo.
Sumado a esto aparece el Covid-19, un virus, que altera nuestro estado anímico; el mismo genera el miedo a lo incierto, a la muerte; los seres humanos, en general, somos bio-sociales y estar cuarentena nos genera todo tipo de emociones encontradas y la soledad deprime a quienes no están acostumbrado a ello.
El COVID-19 nos ha quitado la libertad de movilidad y eso para la mayoría de las personas asfixia, los inquieta, pero, algo que no podemos hacer es “agarrar el sartén por el mango cuando está caliente”, advertía la Doctora Juana Herrera, Psiquiatra y Directora del Instituto de Salud Mental de Panamá.
¿Qué nos aterra y cuáles son las alternativas
para mejorar nuestro estado de ánimo?
 A todos nos da miedo contagiarnos; como buenos occidentales no aprendemos a asimilar la muerte y sobre todo no una muerte cualquiera; tantos testimonios hemos escuchado que nos infringe mayor temor.
En lo personal, leí del Coronavirus desde Diciembre del 2019 y, como Periodista, trato de leer todo material científico, pero, en el camino paré, porque como dice el dicho: “hasta que el niño es llorón y lo pellizcan”. Sufro insomnio, desde mi niñez, y descubrí un día que mi angustia aparecía como a las 3:00 a.m.; no sólo pensaba en los míos, sino en mí mismo y el sueño se me bloqueaba.
A partir de entonces intento mantenerme informado, pero no saturado; esa es una línea de acción que si usted se encuentra igual debe tomar.
Lo otro, atienda las redes sociales con responsabilidad y no se deje manipular ni llevar por la gente que reproduce materiales alarmantes sobre curas brujas; ni que me lo contó el hermano de mi tío y se lo dijo a un compañero de trabajo.
Haga ejercicio cada día de ser posible; relájese; escuche música o vea programas que le agraden; lea, leer no da coronavirus, por el contrario, nos alimenta el cerebro y el alma.
Conversé con su familia, no los olvide, trate de aprovechar positivamente el tiempo y genere esos vínculos perdidos o a los que le dedicaba “calidad de tiempo” (eso no existe). 
Los adultos mayores ni las personas con discapacidad no son, como dice el Papa Franscisco,  sociedad del descarte.
Haga higiene del sueño; es importante descansar para evitar ser presa de los pensamientos negativos; haga ejercicios de respiración y armonice su mente.
La salud mental no sólo es el tema de cómo funciona nuestro cerebro, que como sabemos cuando estamos tristes generamos más azúcar y menos serotonina; es un tema integral, es decir, espiritual. Por ello, debemos entablar un diálogo interno con esa fuerza que consideramos superior a nosotros y colocar las piezas internas en orden para enfrentar esta prueba.

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