EL PERIODISMO ES EL MISMO: DECIR LA VERDAD CON CREDIBILIDAD

Este 13 de noviembre, Día del Periodista, es un fecha importante para que hablemos de ¿dónde nos encontramos? ¿si lo actuado ha sido lo correcto? ¿cuál ha sido el papel jugado? y si es cierto que muchos han olvidado la esquina de la mesa que nos corresponde.

No lo niego soy fans, fans de Mafalda

En relación a estas preguntas surgen tesis donde quedamos como villanos y en otras nos aplauden, el papel de los periodistas (ojo, que no me refiero al medio como tal), es contar los hechos tal como se desarrollan; no agregar adverbios ni nuestra posición sobre nada; siempre alguien espera que lo reportado los favorezca y se incline a favor de su punto de vista.

El asunto es que el periodista no está para que lo aplaudan, cual foca amaestrada, por su trabajo; en un escrito el reconocido comunicador, Ryszard Kapuscinski, resume con las siguientes palabras nuestro verdadero oficio:

"Nuestra profesión siempre se basó en la búsqueda de la verdad: el valor de la noticia o del texto era dar cuenta de la verdad"  /  Ryszard Kapuscinski

 La Verdad y la Credibilidad son como "agua para chocolate" dentro del Periodismo; sin ellas, no hay un ejercicio libre y el verdadero Periodista no la negocia y si lo hace pierde el sentido del ejercicio de este trabajo.

En tiempos de la post verdad; de la noticias falsas; del uso de la tecnología y el bombardeo de las redes sociales; lo que resta es saber que los tiempos cambian; nada es estático: lo que no puede variar es comprender que el fin del Comunicador, sea de la prensa escrita, radial, televisiva o multiplataforma, es única: Informar y no de cualquier forma; sino de la correcta.

El asunto es que en las redacciones se ha dado un relajamiento; se fueron de ellas los grandes maestros y los formadores de generaciones.

"Cuando empecé en ese oficio ­tuve grandes maestros que no me  perdonaban un adjetivo fuera de lugar. Los jóvenes de ahora escriben a la buena de  Dios. Nadie tiene tiempo para enseñarles".   Gabriel García Márquez 

Nuestro país no ha sido ajeno a esta realidad; en lo personal tuve la fortuna de tener uno o quizás el Mejor Maestro del Periodismo. Lo conocí por casualidad y aunque nuestros primeros encuentros fueron accidentados. Estoy convencido que nada sucede por casualidad; nada; con este mago de las redacciones aprendí a reafirmar que el Periodismo es un trabajo intenso; que no tiene caducidad y que la noticia termina no a las 5:00 pm, 8:00 pm ni a las 10:00 de la noche; si no cuando la información se completa.

El Garzo Wilfi recibe del Alcalde las Llaves de la Ciudad

Alfredo "Wilfi" Jiménez para muchos fue el Maestro de Maestros; al menos lo digo por mí; aunque al principio sentía terror propio de la edad; no puedo negar mi angustia cuando te llamaba; al final, entre ambos surgió una amistad y el respeto propio entre el maestro y discípulo.

Trabajamos casi por 5 años juntos y no lo niego fueron grandes cosechas de aprendizaje y no sólo en el campo profesional; el Garzo Wilfi ( les cuento que es el creador y humorista detrás de las Garzas de la Pileta aparecida en La Prensa, en los últimos años), también me dio lecciones de la vida misma; sus orientaciones y experiencias me han sido de mucha ayuda.

Al punto, que hace unos 3 años me tocó acompañarlo a recibir un homenaje que le hizo el Municipio de Panamá por su labor como caricaturista y donde fue sorprendido por otros caricaturistas iberoamericanos; el humor de mi maestro es fuera de serie así como su candidez a la hora de rendirse ante la tecnología. 

"Ninguna sociedad moderna puede existir sin periodistas, pero los periodistas  no podemos existir sin la sociedad. "

Les hablé de Wilfi, como dijo el escritor y periodista, Gabriel García Márquez, por lo importante que es contar con un Mentor, un Guía; un real Maestro que además de las bases nos muestre la importancia de actuar con honestidad; con respeto sin caer en los desbalances, a la hora de hacer una nota informativa para un diario; radio, televisión o redactar un mensaje para las redes sociales. 

WIlfi es mi maestro y con él aprendí a ser periodista

En este día, escribo a mis colegas para que no nos dejemos engañar; la esencia del periodismo es una e invariable: informar con credibilidad; esa es nuestra misión; nada nos puede alucinar a no hacer lo debido; la población así nos lo demanda y como todos debemos rendir cuentas, tal como se lo solicitamos a los gobernantes, a los profesionales de distintas ramas; a los políticos, a los líderes religiosos y todo aquel que haga un trabajo público. 

No nos hagamos cómplices de los que usan el Periodismo para extorsionar o encubrir sus errores. Los periodistas somos gente de redacción; la vivimos; conocemos cada rincón de ella y allí está nuestra fortaleza con responsabilidad. Todo lo demás queda fuera.