JAP Y MOVIMIENTO DE CINTURA EN EL ÚLTIMO DEBATE

A menos de 20 días y aproximadamente 480 horas para que los panameños, inscritos enel 

Padrón Electoral, elijan al nuevo Presidente que dirigirá el país hasta el 2024, el pasado miércoles 10 de abril, los 7 candidatos participaron juntos en el último debate, en esta ocasión organizado por la Cámara de Comercio.
Lo confieso, luego de los anteriores debates, mi expectativa, era nula, por la falta de Debate de ideas y que terminaron como un guacho de 7 personas intentando vencer el reloj para exponer lo que opinaban y la oferta que tenían para los electores. Ante tal panorama vi un resumen terminado el debate y la interacción que se dio en las redes.
El jueves, con mucha calma, vi sin mucha parafernalia, el Último Debate y tengo que decirlo me gustó; fue lo más cercano a conocer la personalidad de los 6 hombres y la única mujer que corren para ocupar la silla presidencial del Palacio de las Garzas, a partir del 1 de julio del 2019.

Parto que la presentadora del mismo era la periodista y presentadora Jenia Nenzen, a quien conozco bien desde hace años y una de las tres comunicadoras que ha hecho una carrera en base a su talento y cuadro a cuadro se ha ganado el espacio en esta profesión; incluso he pensado que es merecedora de tener un programa que resalte su talento o un espacio más allá de los noticieros. Las otras dos mujeres periodistas que sigo con interés son Maria Elena Barrios y Maritza Muñoz.

Vuelvo al debate e interpreto que el buen manejo de los dos anchors permitió a los aspirantes a debatir, tal como debió ocurrir, en todos los anteriores. No sentí tan acartonados a los aspirantes presidenciales y hubo su par de japs (ganchos) a los costados e hígado, porque no seamos hipócrita están en una competencia y aunque el fair play (juego limpio) es importante saber que están en contrapunto.
En este análisis, el contendiente del Frente Amplio por la Democracia (FAD), Saúl Méndez, fue el más claro en su papel; si decidimos creer en las encuestas y simulacros, va de último en la carrera y claro que debe generar ruido. El jap a Ricardo Lombana lo dejó congelado; mientras que a Marco Ameglio, un hombre curtido por los avatares de la política, lo de “pasar de rata a fumigador” lo asimiló y de seguro le gusto más que ir a cumplir una tarea.
Otra que supo manejar su tiempo fue la candidata Ana Matilde Gómez que puso a más de uno a bailar en los pies para esquivar su diferencia con algunas de las propuestas que hacen sus adversarios.
Una de las escaramuzas que fue un buen movimiento de cintura, la hizo el candidato del oficialista, Partido Panameñista, José Isabel Blandón Figueroa, que retó a Lombana a responderle ¿cuál era su opinión del trabajo del Contralor, Federico Humbert? y aunque se le fue por todo el tinglado, lo regresó y lo puso a responder a su manera.

Sí, soy fanático del boxeo, y por ello he usado algunos términos para explicar cómo vi este último Debate Presidencial, e insisto fue lo que debió pasar desde el día uno para que viéramos la habilidades de los candidatos y eso nos puede medir cómo responden ante los problemas.
Aunque todos hasta ahora han completado el asalto 11 restan dos semanas y media para el asalto 12. Ese asalto 12 es donde los electores toman la decisión final de quien gana y quienes pierden. Pese a que 6 perderán creo sin equivocarme a que algunos esta elección del 2019 habrá sido su calistenia para otro campeonato en el 2024.


Entonces, las cartas parecen haberse puesto sobre la mesa y todos, los 2 millones 757 mil 823 panameños, debemos estar claros que el nuevo Presidente tendrá retos en temas como la seguridad social, la seguridad, la educación, el agro y lo más importante aprender a tomar decisiones difíciles, pero necesarias para hacer que este país salga del estancamiento económico en el que nos encontramos.