Si
no hubiese sido Periodista, hubiese sido Periodista, porque en mi está intrínseco y tatuado este bendito trabajo; nací rodeado de información, de revistas que llevaba mi amado padre (qepd) a la
casa; de diarios que debía leer en forma ordenada; de sentarnos a ver noticieros
o escuchar programas de opinión.
Parto
de este punto para explicar el porqué me duele y lastima ver el Periodismo
Panameño en un momento de confusión, de baratillo y de individuos que se
manejan entre sombras desdeñando una carrera u oficio que tuvo y aún tiene
muchos corazones valientes que buscan la verdad y comprenden que antes de vender
una realidad inexistente deben someterla a un tubo de ensayo de conocimiento para
no mentir ni presentar algo que no es, solo por el purito de querer figurar.
Cuando
hablamos de la posverdad, concepto surgido con la aparición de las redes hablamos
de un hecho donde la verdad objetiva influye menos en la opinión pública que
las apelaciones a la emoción y a las creencias personales; es la distorsión de
la realidad partiendo de un aparente hecho real que se presenta sin base y
siguiendo la corriente de los juglares que a medida que pasaban los años
contaban relatos un poco reales, pero muy llenos de fantasía.
A
nuestras costas tardan en llegar los avances e innovaciones que van modificando
el ecosistema de nuestro comportamiento, de nuestro pensamiento, de nuestra
modernización y conquista como sociedad; todos hechos que nos impulsan a mejor
calidad de vida y convivencia.
Sin
embargo, ante la presión de cambio de la Opinión Pública, que era toda una
matriz de pensamiento aparece la visión de minorías antisistema y anti todo; voy
más lejos aún; porque son anti quien piensa, reflexiona y ejerce el poder
adquirido democráticamente.
El
Periodismo ha sido herido, vapuleado y hoy parece más un eslabón perdido que un
Concepto que existió y permitió a los hombres compartir hechos reales que nos
guste o no quedan como prueba de la historia más genuina de nuestra existencia
en este pedazo de tierra.
La
no comprensión de los nuevos tiempos con nuevos cambios ha dejado vacíos en las
redacciones que se han achicado no solo de tamaño, sino de desarrollo reflexivo
y sinapsis. Hoy, no se contrata Periodista por el conocimiento que se tenga ni
el respeto ganado, si no por el menor costo que tenga y no importa si está dispuesto
a fusilar la verdad.
En
estos últimos años tenemos muchos ejemplos de como el Periodismo ha decaído,
entre gritos en los espacios de Opinión donde no hay argumentos, todo lo
contrario; abundan las mentiras y diatribas.
El
acabose fue el relato filibustero de un hombre que aseguraba le habían cambiado
su hija y al ver lo que no era una información bien tratada no hay contraparte;
el rosario de acusaciones fue tal que cualesquiera hubiera pensado que estaba
en un mercado de venta de niños; hacia la tarde todo se resume que la Caja de
Seguro Social, en la Ciudad de la Salud, aclara que tras una prueba de ADN las
niñas nunca fueron movidas y estaban claramente identificadas brazo y pierna.
En los tiempos donde el Periodismo era respetado el susodicho hoy no estaría en
su puesto.
El segundo desmentido, el mismo día, fue un incremento del ITBMS (impuesto de
transferencia de bienes muebles y servicios) que había sido aumentado de un plumazo
de 7% a 12%., inverosímil, tal impuesto no lo puede generar el ministro de Economía
y Finanzas (MEF) porque así se le ocurrió, pero la gente lo dio por cierto.
Tuvo que salir el señor Felipe Chapman y decir esto no es cierto y pedirnos con
una leve sonrisa no crea todo lo que lea o escuche.
¿Quién
pierde? El Periodismo, ¿Quiénes Pierden? Los periodistas que intentamos hacer
un buen trabajo sobre la base de hechos existentes y constados; ¿Qué va a
pasar? Nada, porque se movió la brújula aunque todo fue vulgar mentira.




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