JAMON, JAMÓN QUE ME SABE A PENA AJENA Y A HUMILLACION

Meme ingenioso sobre la espera de los jamones de la naviferia

Tal vez, usted, y yo, estemos sintonizados y coincidamos en que este país necesita una revolución no de valores, como la que ventilan los falsos maestros de la verdad; son valores que muchos denominan predeterminados. Esos, que se repudian aquí, en Colombia, en la China y la reconchichina. Hablo de robar, mentir, matar y agreguemos el "juega vivo"; un elemento que es propio de nuestra sociedad y que antes de hacerte un antihéroe, te eleva casi a un Supermán.

Esto lo digo, por lo que pasó, desde el pasado fin de semana e inicio de esta, cuando nuestros ojos vieron como panameños del sector popular amanecieron fuera de las Naviferias para adquirir un jamón a 8 dólares.

En San Miguelito la gente pernoctó

Sí, fue alucinante el sábado y demencial e irracional este martes. Me tocó ver a mi amigo y colega, Emilio Batista, entrarle, con la gracia que lo caracteriza, a varias personas apostadas en la parte exterior de las Ferias del Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA), y preguntarles a qué hora habían llegado. Hubo, una señora que le dijo llegué a las 4:00 de la tarde del día anterior; otro señor, le respondió desde las 9:00 de la noche.

Lo peor vino cuando contaron que la fila llegaba un poco más allá del Colegio Rubiano; hay que tener muchas ganas de comer jamón o ser un "juega vivo" para aguantarse esta espera.

El tema de inmediato se convirtió en tendencia en los hogares, en las oficinas y donde metías la cabeza. Desde la sorna hasta el análisis sesudo ocupaban las trincheras de las conversaciones de lo ocurrido en las Naviferias. Ojo, esto ha sido la constante todas las navidades sin que alguien tome el toro por los cachos y finalice este nuevo paternalismo baboso.

Los jamones más deseados para navidad

En las filas, sin ánimos de prejuicios o clichés hubo personas que de seguro en sus bolsillos o carteas tenían para comprar no un jamón de 8, sino de 10 o hasta 20 dólares. A lo que vamos es el juega vivo no tiene dignidad ni límite.

Una colega me dice que una señora, por ignorancia o por descaro, dijo que ella tiene seis hijos y todos estaban en lo suyo; es decir, comprando jamón; no creo que haya cuerpo que tolere tantos kilos de colesterol y triglicéridos. El objetivo era claro: la reventa y la rebusca con quien no tuvo el valor de aparecer ante las cámaras y lentes de los medios.

Y todo esto sucede por el falso paternalismo que se resume en alcahuetería pura de un gobierno traicionado por sus propias jugarretas.

Porque, si existiera una verdadera voluntad por ayudar a los grupos vulnerables se hace un censo bien trabajado y nadie se hubiese disgustado que le regaláramos una bolsa navideña (con cero participación de diputados o representantes) y mostramos el verdadero espíritu de la Navidad que es compartir con quien no tiene nada.

Al final, el otro año se repetirá lo mismo y continuará así a menos que elijamos autoridades responsables y que no vean en el “juega vivo” un espejo de ellos mismos.

Si lo de las filas fue penoso; insultante ha sido el jamonsón que nos metió la Unión Europea al incluirnos en una lista nada favorable por no cooperar en temas fiscales.

En lo personal no voy a colorear con racismo ese rincón donde nos han colocado; es una lista indigna y que nos merecemos por complacer a organismos que no pueden sustentarse ni ellos mismos. Francia, Alemania y demás naciones tienen tantos o más escándalos que nosotros y ante la falta de dinero líquido nos quieren ver como los recaudadores de sus ciudadanos que se vienen para que nos les quiten hasta el modo de caminar con sus impuestos.


Es indigno, es un abuso y como dijo Ebrahim Asvat que se vayan toditos juntos para “ la m….” y déjennos ser con errores y defectos; si comprendemos que tenemos el sartén por el mango otro gallo cantaría, pero cuando debemos ser roncones nos volvemos gallinas y lo entregamos todo sin medir cuál es nuestro papel y sin dejarnos robar la soberanía que tanto nos costó recuperar.