DEL QUE HAY PARA MÍ, AL QUE HAY PARA TODOS

"Todo legislador debe tener presente que sus actos están destinados a la verdadera dicha de la nación. Será más respetad y querido cuanto mejor consulte esa dicha; por el contrario será detestado… si los desatiende por consultar la suya propia o saciar pasiones de venganza” Justo Arosemena

Terminado el carnaval, con el entierro de la sardina, inicia otra fiesta, la electoral, la que para muchos es más frenética que la misma fiesta del Dios Momo y aunque corta de seguro los cerca de 4 millones de personas nos veremos envueltos no en calle arriba o calle abajo; sino, en la del centro, la del medio y hasta aquella que no tiene nombre. 

Tal como las reinas, a las que “las alegres tunas” le revisan hasta los intestinos para colgarlos en los tendederos, no es menos cierto que este proceso no será la excepción, ni saldrá librada de tales cantos donde al final todos salen embarrados. 

Este proceso electoral, en la que votarán unos 2 millones 713 mil y tantos, arrancó con un Emperador al que los señores diputados, en cofradía, con la autodenominada sociedad civil, le dieron un poder demasiado tentador. Ese emperador ha sido y es el Tribunal Electoral, en la figura de sus tres magistrados. 

Este poder los ha llevado a ejercer, a lo Torquemada, actos que riñen con un proceso libre e igualitario. El único freno lo tuvieron en las últimas semanas de la Corte Suprema de Justicia que permitió el desarrollo de las encuestas hasta 48 horas antes del proceso del 5 de mayo y no 20 días como los señores del Tribunal Electoral habían establecido. 

Eso significa que el nuevo proceso de reformas electorales, para el 2024, deberá tener una mejor discusión y abandonar el que hay para mí para establecer reglas justas para todos los que deseen ser parte dentro de un partido y de manera independiente; además, que quienes dirijan esta organización electoral saquen las manos de muchos elementos como ha sido el control de la publicidad y que se abandonen aptitudes santurronas que sólo conducen a errores mayores, como ha sucedido.

Iniciado el proceso electoral con una recta final establecida el 5 de mayo; tenemos dos meses para escudriñar, en forma responsable, a cada figura que aspira a un puesto de elección popular desde Representantes, diputados, alcaldes y presidenciables (incluyendo concejales en los sitios donde así es).

A manera sarcástica muchos comentan inició la besadera, abrazos hasta con gente que nunca volverán a ver (dice la leyenda urbana que hay un quienes llevan gel antibacterial), y por supuesto, la regaladera, ya no habrá jamones ni pavos; pero algo se inventan. No soy quien para decirle que no los tome; en lo personal; es una decisión personal.

Es imprudente decirles por quién votar; lo que pudiera es sugerirle algunos elementos; aunque muy necesitado esté no se dejé embrujar por cantos de sirenas; nadie lo va a llevar a la luna; ni le va a poner en su bolsillo 100 dólares mensuales si no suda el lomo; esquive el conformismo. ¿cuánto le durará 50 dólares en su cartera? ¿el futuro suyo y de sus hijos no vale un nuevo subsidio?; como dice el dicho eso es pan para hoy y hambre para mañana. Abandonemos el que hay para mí por el que hay para todos. 

Es el tiempo de escuchar, no de oír; alejemos la descalificación de nuestro entorno; preguntemos ¿cómo van a atacar la alta desocupación que hay y habrá en el futuro?; investiguemos los planes que existen para enderezar la educación y avanzar de 1946 cuando teníamos sólo 43 años como República; nuestros hijos y los de todos merecen tener las mismas oportunidades que los hijos de nuestros jefes. 

Hay que preguntar, preguntar hasta que se harten de nuestras casas o comunidades; no los dejemos llegar con espejos a cambio del voto; superemos todos esas fallas que nos ha costado donde estamos. Es momento del Voto Informado. 

Usemos las redes sociales con responsabilidad, hay que fiscalizarlas bien; pero, no hay duda que es una ventana para informarnos de elementos que nos esconde la sociedad de masa; estamos en el 2019, es la era del conocimiento, y el conocimiento no es privativo de un grupo, sino de todos y para bien la tecnología llegó para poner la diferencia.

“Si hubiera más políticos que supieran de poesía, y más poetas que entendieran de política, el mundo sería un lugar un poco mejor”

John F. Kennedy