Comienzo un tanto
anecdótico y crónico este escrito; solo soy un profesional más de este
país y es probable que a nadie le importa mis razones, que son razones nacidas
sin saberlo amarradas a mi pasado y presente.
Cuando terminé mis
estudios en el Instituto Nacional mis pasos y habilidades me llevaban a buscar
un rumbo fuera de Panamá para convertirme en arqueólogo. Hice todos los
esfuerzos a mi corta edad para irme a México a hacer mi sueño, sin embargo, la
vida me tenía reservada otra cosa.
Con buenas
calificaciones y el aprecio del Cónsul mexicano de ese momento intenté emprender
esta acción, pero la respuesta nunca llegó y uno propone y Dios dispone.
Para no perder mi
tiempo tomé la decisión de iniciar mis estudios en la Universidad de Panamá y,
por más empuje que tuve de mis docentes de Historia por mi pasión por esta
materia, llegué a la Facultad de Comunicación y elegí ser Periodista.
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Esta portada la escribí donde di mis primeros pasos |
Mi padre (Q.E.P.D)
deseaba que fuera abogado y me motivó mucho, pero él mismo había despertado esa
curiosidad cuando era pequeño.
Cuando llegaba a mi
hogar siempre tenía consigo no uno, sino dos y hasta tres diarios; me los ponía
delante y me decía: “lea, pero no me los desordene”; a veces compraba revistas e
igual me las convidaba.
Mis amigos se ríen
cuando les cuento que para mi viejo antes de los comics estaba todo lo que
fuera información, porque para él información era conocimiento; hoy, eso no se
suma igual y me duele.
Es decir, me formé
entre diarios, libros, programas radiales y noticieros del mismo medio;
noticieros televisivos y me dije, con el tiempo, como no iba a elegir ser
periodista si, hora a hora, año tras año, él (mi padre a quien amé y amo) me
dio esas primeras lecciones sin saberlo.
Esto lo cuento, para
decirles que al elegirme el Periodismo fue una decisión arraigada más allá de las
aulas y, como me lo dijo mi primer jefe (Alfredo Wilfi Jimènez) esto no es
relajo; no es agarrar una grabadora, escribir o tomar un micrófono sin medir la
responsabilidad que hay con uno mismo, sino con las personas a las que nos
dirigimos.
Muchos creen que ser
Periodista puede ser cualesquiera, señores, los que piensan de esa manera se
equivocan; los periodistas cumplimos cinco años de una educación superior; los
que nos respetamos sabemos el compromiso de manejar correctamente nuestro
idioma; la obligación que tenemos de vivir para aprender, de accionar a su máxima
capacidad nuestro cerebro para analizar todo lo que recibimos por todos
nuestros sentidos.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMD8awuqtN3vDE7x4Dygfv_m2IvGkry5UR4zaJwTvcBBUmMVye3vUe8yopLSfl6_iKRFzp_Mw5wyIedTzct1f7_bVw4e1WTGibrxGrtWEMwOxQ1smCm6XaS_kPlk_cMQIxIhcZlDQ30uw/s400/BUHO.jpg)
Toda esta reflexión,
amigos, colegas, y personas que leen mis escritos en este blog, la hago porque
los verdaderos Comunicadores estamos cansados de ver a abogados que por ser
directores (nombrados por amiguismo) se apropian del derecho de decirse Periodista
como si esta carrera fuera un limpión de cocina; otros que ejercen sin tener un
título universitario; eso es una afrenta no a mí, a todos, y a nuestros padres
que se sacrificaron en darnos una educación superior.
No son Periodistas
quienes "coimean" o piden favores para ampliar sus salarios; no son Periodistas
los que extorsionan; no son Periodistas quienes al ser demandados por traspasar
fronteras gritan ¡SI TE CALLAN, ME CALLAN!,
a ellos los desconocemos.
Nuestro Periodismo
Panameño está en crisis, pero hago un pedido a todos: Antes de juzgarnos mal
pregunte si el que está detrás de una cámara se capacitó para ello; estamos tan
mal que si alguien se cuelga un carnet y se dedica a recolectar mentiras nadie
lo denuncia, ni la ley lo persigue como ocurre con los médicos, abogados o arquitectos. Claro, la culpa es nuestra, porque el miedo a exigir respeto nos
invade el bolsillo.
solo te pido un favor compártelo hoy más que nunca, iniciemos el camino para adecentar nuestra profesión; como dice el Papa hagamos bulla para hacernos sentir.