“El ideal de la educación consiste en preparar a los hombres para trabajar unidos y con eficiencia por el bien individual y el bien colectivo”. Octavio Méndez Pereira
Inicio este escrito, mientras cae otra lluvia intensa sobre la ciudad, y he meditado
durante dos semanas si existe interés o no, de parte de los gobiernos que ha
habido y el que está, en contar con un sistema educativo de calidad; un sistema
que nos permita ir “hacia la luz”, como dice un monumento que hay en la
Universidad de Panamá, dedicado al educador y pensador Méndez Pereira.
Dr. Octavio Méndez Pereira
¿Por
qué lo digo?, por dos semanas escuché desfilar a los Centros de Educación
Superior – llámese Universidad de Panamá, Universidad Tecnológica de Panamá,
Universidad Marítima, la Universidad Especializada de las Américas – UDELAS-; el
Instituto Técnico Superior Especializado -ITSE- por la Comisión de Presupuesto
y todos sin excepción vieron disminuir su presupuesto para el 2026. Situación que
a todas luces compromete carreras, estructuras y planeación de inversiones en investigación
y desarrollo del proceso enseñanza aprendizaje.
No
cabe la menor duda que el crecimiento económico del país ha sido inferior; que
traemos un arrastre desde la Pandemia y que el déficit fiscal no ha sido el mejor;
que la desocupación nos topa los talones con dos dígitos por lo que debemos ser
austeros y hacer recortes para no aumentar la deuda.
Más allá de los errores y fallas que tengan nuestras altas casas de estudios y el ITSE, lo que ha pasado muestra un desdén con el bien más preciado que es garantizar la educación continúa de quien aspira a formarse para enfrentar un empleo o las demandas del mercado no solo nacional, sino internacional.
¿Nos
interesa o no la educación? Con lo que vemos y analizamos pareciese que la respuesta
es un No rotundo. Completamente de acuerdo con quienes cuestionan el modelo de
enseñanza de nuestro primer y segundo nivel de enseñanza. Nuestro modelo data
de 1946/47, cualesquiera sea la fecha vamos a cumplir 100 años con la misma hoja
de ruta que dejó de tener resultados hace más de 50 años. Es necesario que los
diputados, que los he escuchado, presenten un Anteproyecto de Ley que cambie
este molde que no se ajusta ni a la realidad del mercado ni a las pautas que ha
dado la nueva era de la Cuarta Revolución que ya no es industrial, sino tecnológica
y científica.
En un país con esta encrucijada económica, pero atento a que nos importa la Educación debemos poner prioridades como lo hace cualquier padre o madre en el hogar. Antes de eliminar los alimentos un buen progenitor asegura el techo y la comida de sus hijos; es decir, reduce aquello que no es lo inmediato. Algo similar deberá hacer el Ejecutivo poner prioridades y eliminar grasa de donde deba quitar. Lo primero es la primero.
Esta
semana que corre los diputados deberán presentar su informe, ante la autoridad
competente del Presupuesto 2026, que en este caso es el Ministerio de Economía
y Finanzas – MEF- y solicitar se hagan las rectificaciones necesarias.
Lo
más escandaloso para mí es lo hecho con el ITSE, porque argumentamos de la
demanda de carreras técnicas y de la capacidad de colocación en el mercado a
los egresados. El ITSE lo ha hecho con su rendición de cuentas. ITSEs debería
haber a lo largo y ancho de nuestra geografía, porque no todos aspirarán a
entrar a una Alta Casa de Estudio.
Entonces
¿Nos interesa o no la Educación? ¿Es nuestra Prioridad como nación o es la demagogia
barata para atraer oídos? Lo dejo hasta allí.






























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