lunes, 20 de marzo de 2017

ENTRE EL APAGÓN Y LAS PIZZAS DEL PERJUICIO..ES TIEMPO PARA CAMBIAR


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Explosión de transformador en Condado de El Rey

Las pizzas del prejuicio
El viernes pasado, en medio de una reunión entre amigos, escuché varias detonaciones y aunque me pareció extraño imaginé que alguien celebraba algo y decidió tirar fuegos de artificios; minutos después quedamos a oscuras..Por fortuna, entre velas y dos lámparas solares, continuamos conversando y en segundos me enteré por el gran amigo Leonardo Grispan, a quien llamé que la cosa iba para largo.

Debo reconocer, que el otro que me mantuvo, al pie de la información después, fue mi colega Alvaro Alvarado, quien con unas cuentas de redes sociales fortachonas, mantuvo a los panameños casi, como un informativo, con todo lo que sucedía minuto a minuto.

El bendito apagón, el cuarto de este tipo, de acuerdo a la versión oficial inició por la explosión de 3 transformadores de energía eléctrica, de la estación de Condado de El Rey; en cuestión de minutos la capital y Colón quedamos a oscuras.

Lo bueno, de esto fue que, luego de muchos años, los capitalinos, pudimos apreciar las estrellas en el firmamento; sino la osa mayor; al menos, la cola de la osa, que entre la contaminación y luces de la ciudad hace rato las perdimos. 

Poco a poco, comenzamos a comprender que la falta de luz no era para relajo; los que salían de las universidades, los que terminaban la jornada laboral; los que iban en el metro; los que conducían quedaron atrapados en un tranque al fallar los semáforos y los que quedaron en los "cuartos fríos" atrapados y en posible trampa, compartieron el mismo susto. Eso fue el caos. 

Explicación tras explicación, quienes administran este servicio quedaban peor;  que si las piezas habían llegado y las iban a cambiar; lo que dijeran era tarde y demostraba la incapacidad mayúscula en este país, una nación que vive del servicio; pero, el viernes se fueron de paseo y nos dejaron a oscuras. 

Hasta ahora no hay ningún botado y la gente de San Miguelito tuvo que aguantarse dormir y amanecer sin energía eléctrica y, como regalo, sin agua todo el día. 

Iván Barría/ Gerente de ETESA
Las consecuencias económicas se pueden medir por encima del millón de dólares, eso es grave; lo más patético (no hallo otro término) fue el daño a nuestra economía (algo marchita) y a nuestra proyección internacional; lo digo, porque entre los escándalos financieros y este apagón ¿a dónde vamos?

Nadie serio ha salido a decir ¿qué vamos a hacer para evitar no se repitan situaciones como la ocurrida?; falta un plan estratégico para enfrentar situaciones que pudieran volver a suceder, pero no sin una alternativa a mano. Esto es un desastre (no deseo ser tóxico), vivo la realidad.


Como pasa en el periodismo, una noticia más potente baja la temperatura de otra; si el apagón nos dejó desorientados, ¡qué les puedo decir!!! de la decisión de un gerente de darse el lujo de aplicar el derecho de admisión contra cuatro chicos de la sub 17 de fútbol. Esto sucedió, en el restaurante Brava Pizza, de Costa del Este.

Lo hizo, este señor, porque, en su opinión atrofiada, los muchachos no tenían el perfil de clientes. ¿Cómo?, así mismo. Si estábamos a oscuras literalmente, con tal actuación, el país se encendió y el alboroto ha sido un reverbero que estalló y se expandió el fin de semana por las redes sociales.

Equipo de la Sub 17 de fútbol
En esta nación si con alguien no te puedes meter es con sus deportistas y sobre todo los futbolistas; ellos son como la última pólvora que nos mantiene unidos y muchos de ellos han decidido andar por el camino correcto; contrario a los políticos, generadores de opinión, miembros de la sociedad civil y demás especies aromáticas.

En ambos casos (el apagón de luz eléctrica y el rechazo a los futbolistas) las redes fueron el escenarios del debate; en el primer caso, ellas sirvieron de orientadores para saber qué hacer, porque para variar la mayoría de las televisoras se fueron de weekend; así, que sin duda el papel fue muy positivo. En el segundo incidente, hubo mucho de especulación y salió a relucir la xenofobia que de seguro no es un buen consejero.

Entre el domingo y este lunes, los propietarios del restaurante admitieron que el hecho se dio; un comunicado resumió que el culpable, cual chivo expiatorio pagó con su puesto de trabajo, la falta. La duda, al oír, esta mañana al dueño o a unos de los dueños me dejó helado por lo que dijo y no se dio cuenta. El gerente sacrificado ¿actuó por voluntad propia o son los valores de quienes lo contrataron?.

Los panameños se han desgarrado las vestiduras y sólo faltaron los gritos, como las plañideras, contra el racismo; por fortuna, mi duda estaba en que esto tenía un matiz que vive tras las puertas de muchos hogares, escuelas, empresas, organizaciones y grupos en nuestro país.

Memes y caricaturas inundaron las redes
Por fortuna, me llamó el gran amigo Gilberto Toro, investigador social, y entre una conversa y otra, coincidimos en que el tema está en el denominado Prejuicio. Sí, amigos, el prejuicio es el cáncer de nuestra sociedad y nos impregna.

"Como te ven te tratan", "es de una buena familia", "hijo, no te vistas como maleante"; "la gente de bien..." "no tengas amistades raras"; esto lo escuchamos a diario y sobre todo hoy; y de inmediato me viene a la mente una de la líneas de la Ópera Evita cuando que dice "...mis lujos son sólo un disfraz; un juego burgués y nada más". Somos una fantasía inventada.

Todo está en los prejuicios que asimilamos desde el vientre de nuestras madres, los que se afianzan con lo que escuchamos y obligados por los cánones de la sociedad (esos mismos, que hace como 15 días, la Ministra de Educación justificó en todo lo que no debe pasar en un plantel educativo) y los que volvemos como una espiral a enseñar a quienes nos preceden. 

Malos hábitos que discriminan a las personas "por vestirse como maleantes" y todavía nadie me dice si por usar unas uñas, corte de cabello o estilo de ropa te hace más propenso a ser maleante. A diario, por los medios de comunicación masivos, veo a hombres y mujeres con ropa de alto costo; impecables diría cualquiera, pero, son como una sepultura "hermosa por fuera", mientras que por dentro "huelen a podredumbre" por los hábitos de corrupción que cometen. 


La gente involucrada en los últimos escándalos financieros "eran personas de bien" (otro prejuicio) y se pasean por el restaurante, bar, negocio que quisieran. En cambio, me ha tocado ver cuando entra alguien sencillo y "de piel oscura" (otro prejuicio), como los propios vendedores, (gente del mismo nivel social que el cliente que acaba de entrar) les dan persecución. 

Así que antes de flagelarnos cada uno vamos a preguntarnos ¿cuáles son mi prejuicios? y si es tiempo de abandonar la ropa vieja por una de mejor calidad humana. 

No dudo, que en los próximos días, veremos a los 4 chicos o a toda la selección sub17 de fútbol en una comilona en Brava Pizza y seguiremos como si nada; y, no dudo que a es misma hora, en un punto del país un joven de un barrio popular es detenido por una ronda para revisarle la mochila: mientras a su lado pasa otro en un carro, con algo extraño adentro, y de seguro no le paran "ni bola" ( como decimos en el argot panameño.






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