EL CEPO, TRADICIÓN, CULTURA O DESHUMANIZACIÓN

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@Jls08Luis

No tengo la menor duda que la historia que les presentó cuesta y cuesta, porque mi objetivo no es ofender ni adjetivar la conducta de nuestros pueblos originarios. Como periodista soy un creyente que nos está vedado exponer nuestros prejuicios y opiniones personales; no es que no las tengamos, sin embargo, como al sacerdote le está prohibido contar la confesión, a nosotros el expresar nuestros fantasmas internos (buenos o malos), porque, como en un hecho criminal, contamina la información elaborada.

El Cepo, es un castigo que se hizo popular y atravesó la leyenda, en las últimas semanas, luego que los originarios Ngäbe-Buglé se lo aplicaran a tres miembros de la comunidad; porque de acuerdo a ellos uno robó y los otros dos formaron parte de la firma de un contrato con la empresa Power Construction of China y Shandong Pusheng.

Demecio Cases, Pdte General de la Congreso Ngäbe-Buglé

Con la llegada de la tecnología y de la que no son ajenos los originarios Ngäbe, los vídeos se hicieron virales y las reacciones del castigo de estos tres panameños se balancearon desde la severidad, la aprobación y el humor.

No voy a entrar en el debate si es propio de nuestros pueblos o lo heredamos de los europeos; lo real es que los castigos y hasta sacrificios formaron parte de nuestros pobladores prehispánicos; tal como ocurrieron en muchos imperios de Europa, Oriente y Asia.

Pero, ¿en qué consiste el cepo?, este castigo consiste en colocar las piernas del acusado en dos orificios hechos en un tronco de madera lo que impide que la persona se pueda mover; esto se hace por horas o por días, tal como ocurrió en la región Emberá de Risaralda, Colombia, donde una joven de 14 años estuvo sometida 72 horas en el cepo por mantener una relación con un no originario. Amén, que la comunidad es convocada y presencian la tortura; en la antigüedad se iba más allá, los condenados eran vejados con lodo que se les tiraban; se orinaban o defecaban sobre ellos.

figura de un cepo de la antigúedad

En el hecho más reciente, una de las personas castigadas era de por sí un discapacitado; el peso de los maderos y que alguien se le ocurra subirse para hacer mayor daño causa lesiones en las piernas independiente del dolor infringido.

Nuestros hermanos Ngäbes son de acuerdo a la Constitución Nacional ciudadanos panameños; si bien tienen una régimen comarcal; deben en temas de desarrollo humano; educación, salud y leyes penales someterse a lo que nuestra Carta Magna dice, por buena o mala que nos parezca.

Escuchar al viceministro de Asuntos Indígenas, Feliciano Jiménez, expresar que sintió temor cuando acudió a investigar los castigos en la comarca, sin embargo, entre balbuceos justificó lo actuado. ¿Es correcta esta posición vacilante?; me sonó a un político más; quiere estar en las dos aguas.

Viceministro Feliciano Jiménez

Nuestra Constitución Nacional es clara y en el Artículo 28: "...se prohíbe la aplicación de medidas que lesionen la integridad física, mental o moral de los detenidos".

"La Convención contra la Tortura y otros Tratos y Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes aprobada por la República de Panamá, mediante la Ley No. 5 de 16 de junio de 1987, define el término “tortura” todo acto por el cual se infrinjan intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves"

No voy a citar únicamente los casos de la comunidad Ngäbe; entre los gunas existen castigos que riñen con nuestra Constitución, tratados y convenciones sobre derechos humanos cuando, en forma arbitraria, y sin juicio previo personas son sometidos a latigazos con hojas de hortigas. En julio del 200, la maestra Nuria Muñoz, fue castigada con ramas de ortigas por orden del Congreso Guna por levantarle la voz al Saila, por reclamarle ella el pago de una multa por reclamarle que su nieto la fisgoneaba.

Nuestro sistema de justicia puede no funcionar; necesita correctivos es un secreto a voces y los resultados de los programas para garantizar la seguridad son improvisaciones que avergüenzan; pero, eso no da licencia para que cada región asuma la ley de acuerdo a sus preceptos; nadie está por encima de las normas y sobre todo cuando un ser humano le violentan sus derechos humanos.

Congreso Guna

Entonces, ¿por qué las autoridades del Ministerio Público no actúan e investigan para no conceder espacios para este tipo de castigo?, elemental: desean mirar a un lado para no cuestionar y ganar simpatía.

El cepo si fuera una tradición debe quedar en el pasado; existen muchas tradiciones como la corrida de toros que cada vez se permite menos por el daño que se le da al toro; si pensamos en los toros más aún debemos garantizar la seguridad del ser humano; tampoco es cultura; es un barbarismo que no debemos aplaudir nunca, aplaudirlo por complacencia nos puede llevar a lamentar algo mayor.

Tampoco, como lo dicen originarios, y quienes juegan a ser intelectuales, no es un castigo moral; porque cuántos crímenes se han cometido bajo este argumento y hoy la humanidad junta lo lamenta. Señores, actúen y respetar a nuestros originarios es darle educación, salud, servicios sociales y equipararlos; lo otro es demagogia barata e irresponsable.