miércoles, 14 de diciembre de 2016

FRANCISCO: EL PAPA DE LOS HUMILDES

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Quien no sirve para servir, no sirve para vivir” (Francisco)

Hace varios días había pensado escribir sobre el Papa Francisco al cumplir sus 80 años, este próximo sábado. Hoy, el singular líder de los católicos me hizo reír y comprender más mi orgullo de que nuestra Latinoamérica haya parido un hombre tan extraordinario y que éste ostente el cargo máximo del catolicismo. Dijo, no quiero festejos y que en su tierra (Argentina) las felicitaciones no traen buenos augurios. No podía esperar menos de un ser lleno de sencillez, espiritualidad y que ha hecho del renunciamiento a los lujos y a la vida pomposa, la mejor manera de transmitir el mensaje de Dios entre nosotros.

No me confieso un católico activo; ver a mi padre, de niño, levantarse con la Biblia en sus manos e ir a un rincón de la sala para leerla, en silencio; el mismo acto lo repetía en la noche antes de dormir, con el transcurrir de los años me hizo comprender que a Dios se le ama con el ejemplo y no abarrotando la iglesia o actuando como los fariseos para que la gente nos vea.

El amor de mi difunto padre por el viejo y nuevo testamento era tan profundo que aprendí a leer con los Salmos, pero sobre todo mi "viejito" me hacía reflexionar siempre sobre la razón por la que Jesús vino; qué vino a hacer y la maravilla encerrada en cada libro de las buenas nuevas (como también se le conoce a los libros escritos por los Apóstoles de Jesús).


Escribo todo esto, porque admiré el papel de su santidad Juan Pablo II y aunque alejado, en ocasiones de mi visión terrenal, lo defendí ante quienes lo atacaron. Con su muerte se hizo una pausa y después de un hecho histórico el sucesor del papa Polaco, Karol Woytila; el Papa Benemérito, Benedicto XVI, anunciaba su dimisión para dar paso entonces a la elección del argentino, Jorge Mario Bergoglio (esto ocurrió el 13 de marzo del 2013). 

Recuerdo, que estaba en la redacción de Telemetro, cuando ese hecho se dio y no lo puedo negar él no estaba en la jugada de nadie; pero, cuando vi la noticia me emocioné; un hijo de nuestra América de originarios y negros había sido electo. Luego, descubrí que era Jesuita y esto me hizo pensar muchas cosas y al asumir el nombre de Francisco, me galopó el pensamiento, porque deseaba a honrar a San Francisco, un religioso que vivió para los pobres y desposeídos. 

”¡El dinero debe servir y no gobernar! El Papa ama a todos, ricos y pobres, pero tiene la obligación, en nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos, promocionarlos. Os exhorto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una ética a favor del ser ¬humano”.

Desde su primera aparición el Papa de las Américas (como se le conoce a Bergoglio) demostró que no iba a jugar y que deseaba hacer vivo el Evangelio de Jesús entre nosotros. Sus rechazos al los lujos del Vaticano de seguro generó agruras en el Poder Religioso; en cardernales, monseñores, arzobispos y padres que ven la religión como un club social y no como el vehículo para que el hombre ame a su prójimo; se solidarice como lo hizo el Samaritano y limpie con aceites los pies de los más necesitados.

“Los obispos han de ser pastores, cercanos, padres y hermanos. Mucha mansedumbre, pacientes y misericordiosos. Hombres que amen la pobreza, interior como libertad y exterior como simplicidad y austeridad de vida. Hombres que no tengan psicología de príncipes, que no sean ambiciosos” (Papa Francisco)

Sus renuncias al lujo no vale mencionarlo, porque los hombres que caminan bajo las sandalias de Cristo no quieren cacareos; su conocimiento de las palabras del Hijo de Dios entre nosotros no fue para caminar bajo la sombra de lo doctrinario y teológico; es para caminar el mismo dolor, compartir las misma falta de techo y libertad; él como buen Pescador de hombres sabe que su misión es tirar la red y buscar al rebaño apartado de la sociedad y al que se ignora siempre.



“Ustedes, los más humildes, los explotados, lospobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas, en la búsqueda cotidiana de “las tres T” (trabajo, techo, tierra). ¡No se achiquen! (…). Ustedes son sembradores del cambio”
Las palabras del Papa Francisco han retumbado, con un eco tan duro, que a más de uno le ha dado temor por su vida; sin embargo, el propio Santo Padre no lo transmite; sabe que si Jesús dio su vida por nosotros, cualquier cosa por grande que sea no tendrá el sacrificio dado por Áquel que murió vejado y crucificado como un criminal pese a ser inocente.

En 3 años, el caminar de Francisco ha dejado huellas singulares que han marcado a muchos que veían una iglesia llena de lujo y distante de su verdadero objetivo : "que nos amemos unos a los otros, como él nos amo a nosotros".

El Papa Francisco, con ocho décadas tras su sotana, ha elegido no fallar ni darse por ausente nunca; como cualquier ser tiene detractores; esos han intentado empañar su apostolado en la Argentina de los militares, sin embargo, él ha seguido sin interrumpir su trabajo. 


Las 8 décadas generan dolores, fatigas, desilusiones, tristezas y se llega a perder hasta la fe (puede ser que esto último lo haya vivido); lo que nos transmite el Papa Francisco es todo lo contrario y sus palabras son tan auténticas y actuales que cada vez que toca un tema revoluciona los medios de comunicación y los digitales.

Él ha hablado del aborto (“El año pasado en Argentina denuncié la actitud de algunos sacerdotes que no bautizaban a los hijos de madres solteras. Es una mentalidad enferma”); ha dicho que no es quién para juzgar a las personas que tienen preferencias por personas del mismo sexo (eso me recordó tanto el pasaje de Jesús y la mujer que iba a ser apedreada y con una frase Jesús alejo a los falsos profetas: "Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra" y lo más profundo que Jesús mismo la dejó ir). 

“Si una persona es gay, busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo? (Papa Francisco)

El Papa de las Américas ha permitido a los sacerdotes absolver indefinidamente el pecado del aborto. Igual, atención generó cuando abrió las puertas de las iglesias a los divorciados y a las uniones de hecho. "No es posible decir que todos los que se encuentran en alguna situación llamada 'irregular' viven en una situación de pecado mortal".

Lo más hermoso de todo este recorrido del Papa de Las Américas es cuando habla de la juventud y cuando se refiere a los más necesitados; tal como lo hizo Jesús, entre nosotros, al decir: “Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios” (Lc 6:20).
Admiro, al Papa Francisco, creo que es de esos hombres "que por sus frutos, los conoceréis"; siento que ha llegado en un momento especial para los creyentes ecuménicos; a los periodistas nos ha dicho que perdimos el norte de buscar la verdad, pero esa verdad no puede ofender, ni atentar contra la integridad del ser humano. Eso lo sentí tan cercano Panamá:“Si respetar la dignidad humana es importante en cualquier profesión, lo es en particular en el periodismo, porque detrás de la simple historia de un caso hay sentimientos, emociones, y en última instancia, la vida de las personas”. ( Papa Francisco)


Hoy, me he entusiasmado mucho al hablar de un hombre que sin conocerlo me parece que se sienta a mi mesa todos los días; que si hubiera vivido en los tiempos de Cristo de seguro lo hubiese hecho su apóstol; que vive su verdad sin importar donde está; que el mensaje de Cristo le corre por las venas y que espero (en la fe en Dios de ser posible) verle en Panamá en el 2019 con la Jornada Mundial de la Juventud.


Con este escrito que me nació del interior y que me renovó en dos aspectos: como católico y como periodista honró a un hombre que pareciese tener 18 años; lleno de ilusiones, aunque su carga sean de 80 años a cumplir; un hombre tan humano y lleno de imperfecciones y tan especialista en renovarse como el águila; a ése cuyo mundo imperfecto nos ha hecho ver que no somos nadie para juzgar al que nos hiere; tanto así que me ha permitido perdonar a los que me han ofendido recientemente y jugando a la religión escriben del evangelio sin sentirlo y pido a Dios y a Jesús que les abra el camino a la verdadera reconciliación; a quienes con la mentira se creen poderosos, pero son tan pequeños y a los que aferrados al dinero olvidan "que los últimos serán los primeros". Gracias Francisco y aunque terrenalmente los años son muchos; pido al Dios de Abraham, al Dios de José y su Santa Madre que nos acompañe un par de años más..
“Los crímenes y pecados de los abusos sexuales a menores no pueden ser mantenidos en secreto por más tiempo. Me comprometo a la celosa vigilancia de la Iglesia para proteger a los menores y prometo que todos los responsables rendirán cuentas”.


Mucho me gustaría conocer tu opinión sobre este trabajo

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