sábado, 26 de noviembre de 2016

FIDEL: EL COMANDANTE QUE ESPERA EL JUICIO DE LA HISTORIA



Ayer, mientras los panameños debatíamos si el black friday (viernes negro) dio o no resultados; en Costar Rica y Nicaragua sacaban conclusiones de las bajas y heridos que dejó el huracán Otto, en Cuba, el conocido Comandante de la Revolución: Fidel Castro, cerraba sus ojos para siempre y con ese último suspiro, que dio aquel viejo cansado (tenía 90 años), empezaba su nuevo capítulo, un capítulo reservado para los hombres como él que pasan como un tornado dejando a su paso sonrisas y tristezas; recuerdos de lo bueno y recuerdos de lo malo; de lo positivo y lo negativo. El mismo lo dijo en 1953 al dejar estas palabras " Condenadme, no me importa, la historia me absolverá".


Fidel Castro Ruz, hijo de inmigrante españoles, se metió por la fuerza a esa historia, que ahora tras casi 24 horas de su fallecimiento ha empezado a mitificarlo y desmitificarlo; lo hizo cuando su llamada "revolución socialista" sacó por las armas al dictador Fulgencio Batista.


El Comandante de la revolución de los "humildes" murió 10 meses después del triunfo No.57 de su Revolución (1 de Enero de 1959) y casi tres meses luego de haber cumplido 90 años; en el poder estuvo 47 años; en el 2006 se vio obligado a retirarse tras enfermar y aunque mucho se especuló sobre su salud logró vivir 10 años más; antes había dicho "jamás me jubilaré de la política, de la revolución o de las ideas que tengo. El poder es una esclavitud y soy su esclavo". Su hermano, Raúl Castro, que vivió bajo su sombra, lo relevó hasta ahora.




La despedida del legendario líder cubano cumplirá, con todo el protocolo de sus similares en la desaparecida Unión Soviética: 9 días de duelos; a petición del mismo Castro fue incinerado; por dos días su gente podrá despedirse y no será hasta diciembre cuando el acto cumbre llegue para él; y las celebraciones del triunfo de la Revolución se trasladará para el 2 de enero del 2017. Todo esto nos hace pensar en un semidiós que muere, pero, no termina de irse nunca. Quizás, piensan muchos, porque sin el Comandante se empieza a desvanecer la única isla latinoamericana que ve al Capitalismo como su principal enemigo.


Confieso que la muerte del Comandante Fidel me tomó por sorpresa; "Tantas veces me mataron,"Tantas veces me morí, /Sin embargo estoy aquí Resucitando" ( La cigarra de María Elena Walsh y cantada por Mercedes Sosa), que prendí el televisor y estaba allí; me dije es cierto; "murió Fidel". Creo que llegué a creer que había desafiado y ganado la batalla al averno de Dante. En ese momento, mi mente se detuvo y recordé que, su nombre había estado en mi casa desde niño; cuando ingresé al Instituto Nacional no puedo negar que lo admiraba y lo sentía más cerca; devoraba, como un loco, todo lo que se había escrito sobre él. 




El tiempo pasa y las ideas maduran y aún cuando no cuestiono las grandes logros en la educación, salud y deportes, que trajo la revolución de los "humildes y para los humildes de Castro", está claro que hubo grandes errores; creo que cualquier gobierno que lucha por ser eterno está lleno de imperfecciones. Aprendí, con mi padre ( un hombre sencillo, pero de un pensar profundo), todo logró mezclado con falta de libertad para el hombre no es 100% bueno, ni pasa la prueba de la perfección. Pasado la efervescencia de la adolescencia y la comprensión de los "derechos del hombre" cuestiono frases suyas como "dentro de la revolución todo, contra la revolución nada"

Hoy, soy periodista, e intento tener mi pensamiento equilibrado; lo que ha dado la Revolución Cubana a su gente los ha hecho sentirse orgullos, también aprendieron a cuestionar lo malo que ha pasado. Como en todo, hay verdades y mentiras; existen cubanos exiliados y otros autoexiliados; están los que creyeron en la revolución y sus objetivos; pero vieron como el plan se fue alterando; igual, están los que desde Estados Unidos (especialmente en Miami) echan unas historias que ni su propia juventud hoy las compran con lo que abren el paso a construir una isla sin las características que la llevaron a la Revolución idearia, que desembarcó en sus costas; ni la asfixia de vivir de espalda a la realidad.

Algo que me entristeció ver gente decir "estoy feliz por la muerte de ese dictador"; eso no es un sentimiento cristiano; al expresarlo en mi cuenta personal de tuiter me generó un intercambio de ideas, con un gran amigo. Mi familia sabe lo que es perder a uno de los nuestros a manos de "asesinos que jugaron a Dios"; lo que, personalmente, no me permito acostarme ni despertarme con una sonrisa si me avisan de sus muertes. Acojo el principio de la resiliencia y lo profeso. Alegrarse de una muerte es como invertir el principio de quien cree en Dios y deja para El su juicio final.

El fallecimiento del expresidente Fidel Castro Ruz, tal como lo esperaba, ocupó las portadas digitales de todos los diarios; no hubo noticieros televisivos o radiales donde no se diera un espacio para hablar de su muerte; en todos los idiomas se ha analizado lo que representa el fallecimiento de una figura como el Comandante Castro.


A lo largo de este día he dado un repaso a su vida, a su pensamiento; a lo interminables discursos que llegaron a durar 9 horas; lo vi debajo del agua hablar y cual buen predicador generar reacciones extasiadas en niños, jóvenes, adultos y adultos mayores.


Castro, dirigió más de 2 mil y tantas discursos, a propios y extraños; fue admirado y reverenciado por presidentes y jefes de gobierno (muchos que coquetearon con él para simular un estilo que tenían en palabras y no en accionar); tres Papas lo visitaron en la Isla; por su relación con el también desaparecido Comandante de Brigada, Omar Torrijos Herrera, se creó una conexión entre un grupo de panameños y su ideario.

Durante estas horas, vi gente desfilar a favor y en contra; cantantes, poetas, escritores, bailarines, actrices y actores; médicos, pintores, escultores y deportistas defender al Comandante, como lo llaman; pero, recuerdo, en esa exploración del mundo que hacemos los periodistas, leer y ver la decepción de grandes figuras de ese mundo y a los que no les quedó más alternativa que abandonar la isla, porque se sintieron aprisionados y controlados en su arte de crear.

A partir del 25 de noviembre del 2016, un libro se empieza a escribir; la voz del Comandante Fidel Castro estará ausente para rectificar lo real de lo imaginario; él dijo que la historia lo absolvería; eso el tiempo lo decidirá; lo que no va a pasar es que sea ignorado por sus amigos o enemigos; más de cinco décadas no pueden ser borradas, porque la historia aunque la cuenten los vencedores, en algunos casos; siempre es exacta y no soporta las mentiras; menos en este tiempo. La primera página empieza por su muerte y pronto veremos que más se escribe. Hasta Luego.

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