lunes, 21 de noviembre de 2016

LA MUSICA CAMBIA TODO

Lo confieso soy un devoto de la música; mi carta comprende casi todo: clásica, el bolero; el rock ( inglés y español), el reggae, el jazz, el blue.. como ven, disfruto todo sonido armónico no sólo para mis oídos, sino para mi interior.




Cuando me invitan a disfrutar de alguna velada o concierto ( a menos que no tenga tiempo) la prioridad es alta para no ausentarme; cada nota es como un bálsamo; todo lo malo se va y dejo el espacio para drenar mi ser; estar en contacto con algo invisible, pero para mi toma forma y "es la musa que me invita.. vivo por ella" (Vivo por ella de Andrea Bocelli y Marta Sánchez)


El viernes pasado, 18 de noviembre, en la celebración de la Universidad Especializada de las Américas (UDELAS) se dio un Concierto de Gala; un concierto donde fluyeron voces de niños y jóvenes, dirigidos por maestros de música que participan de la maestría coral; un impulso por hacer que "los niños canten y cante Panamá".


Entre el telón se veían a l@s pequeñ@s tímidos y alegres; esa mezcla presente sólo en esos años de la vida donde lo imposible es alcanzable.

Uno a uno salieron y cantaron; sus cuerdas impulsaron cantos navideños y en honor a la patria; aquella inocencia nos hacía pasar por alto cuando algun@ brincaba sobre una nota musical.

Entre aplausos y sonrisas vinieron los jóvenes del Monte Carmelo y los colonenses; ambos son la suma y prueba de como la música esquiva las tentaciones de nuestro entorno social; entorno que los asecha para hundirlos en una vida distinta a la que tienen ahora.




Sus voces alabaron a Dios y a la tierra que los vio nacer; cada coro era como una oración para darnos alegría; esa alegría que siempre está presente, en sus vidas aunque como dijera el poeta vivan "en cuartos donde no entra el sol, porque el sol es aristocrático".

Lo mejor de la noche estaba por venir; las 100 voces se ensamblaron en una y una generaron los mejores coros de la noche; la melodía se movía en el ambiente y nos permitía comprender el poder de la música.

El reto próximo del director y sus alumnos es conformar un coro de 300 voces y si es posible de más cuerdas que canten y hagan como dijo su rector, Juan Bosco Bernal, a Panamá Feliz; porque no importan las circunstancias el canto siempre libera; liberaba a los esclavos negros de la esclavitud y sin duda liberará pronto a este país del caos del mundo en que vivimos por las cadenas de la división y la avaricia que nos tienta a todos..





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